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domingo, 1 de agosto de 2010

PRIMERO DE AGOSTO

Evidentemente no es lo que era hace apenas unos pocos años. El primero de agosto era el día de la gran estampida. La gente esperaba esta fecha como quien espera la salvación y, sin pérdida de tiempo, con el coche cargado hasta los topes, familiares y bultos, partía hacia... otro lugar.

Actualmente,  el primero de agosto sigue siendo el día de partida para mucha gente, pero también el regreso para otros muchos, y lo más importante, pocos parten para regresar al cabo de treinta días.

Hoy la gente suele disfrutar de dos semanas de vacaciones en agosto, y dejan otras dos para Pascua y Navidades. Parece más sensato.

No es de extrañar, pues, que las aglomeraciones en la carretera sean hoy menores que en otras épocas, aunque, naturalmente a quien les toca sufrirlas pueda pensar que son suficiente irritantes.

Y aun así, la euforia de tener las vacaciones por delante a más de uno consigue hacerle olvidar los inconvenientes del viaje. Otra cosa será el regreso, con la tristeza que trae el reencuentro con lo cotidiano, el vencimiento de las tarjetas de crédito, la subida de la gasolina... y el pronto olvido de lo disfrutado.

El consuelo será que los años devuelven los buenos recuerdos mientras quedan olvidados los desagradables.

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