Hoy, día de san Jorge, es también día del libro. Y dentro de una semana
será el día de la madre, y…
Parece que los 365 días del año ya no son suficientes para acomodar a
tantas exaltaciones a celebrar.
Las librerías, al contrario del resto del año, se han visto hoy
abarrotadas de muchos lectores que afanados buscaban el libro con el que dar
una alegría a algún allegado, y la publicidad ya nos está bombardeando – motivo
para que no tengamos disculpa de no recordarlo – con el regalo que le haría
tanta alegría a madre.
Triste que tenga que ser el comercio con eso del “Día de…”, quien nos
recuerde que es instructivo leer y, el otro aspecto sumamente elemental, como
es el cariño y respeto a las madres.
No sea cafre y se le ocurra pensar en este instante que mejor eso que
nada, porque todavía sería peor que recordárnoslo el comercio.
Y lamentable también que esos buenos deseos e intenciones se limiten a un
día en el año, mientras el resto de los días lo tengamos olvidado, o casi.
Eso del “Día de…” se puso de moda en algún momento determinado y,
seguramente por algún motivo justificado y reconocido, pero esa idea que al
principio pudo ser original y hasta bienvenida, pronto se convirtió en popular.
Y como suele suceder cuando la originalidad es escasa, las copias se
multiplicaron, desvirtuando con ello la idea original que, al crecer sin orden
ni concierto, no tardó en ser mal usada, para acabar siendo manoseada.
Es probable que tengan razón los que dicen que todo este tinglado es
fruto de la manipulación que ejerce el gran capital en la sociedad, pero eso
aumentaría la sensación que se tiene de la idiotez de la gente.
En cualquier caso, es deplorable ver hoy a todos los pánfilos, como
guiados por una fuerza superior, correr hacia la librería y, a codazos y
empujándose, cuando no con malos modales, adueñarse del libro de moda, ese que
en los corrillos, uno no puede decir que todavía no lo tiene en casa. Lo
hubiera podido comprar el día anterior, o la semana pasada. Y también lo podría
comprar unos días más tarde.
Pero, no. Hoy es el día del libro y hay que celebrarlo comprando un
libro. Tal vez no para leerlo, ni regalarlo, sino para colocarlo en la repisa
donde los colecciona.
Mucho peor es lo que sucede con la celebración del día de la madre. Cada
vez se oye con mayor insistencia el desapego existente en las familias, cuando
no indiferencia o maltrato.
Está bien que nos acordemos de la madre, pero no un día impuesto, sino
todos los días del año. Y lo mismo con el día del libro; tenerlo presente no un
día que nos venga marcado, sino durante todo el año. Y así debiera ser con el
resto de “Día de…”