Buscar este blog

sábado, 28 de agosto de 2010

OPINIONES TORCIDAS

Un amigo mío que ha pasado unos días visitando Suiza, presumía de haber conocido el sentir de la gente de este pequeño país cuando contaba con gran emoción el orden que ha observado allí. Seriedad, limpieza, puntualidad... el chico no se cansaba de resaltar pormenores, y cuando cansado de escuchar maravillas le pregunté si no había observado también algún inconveniente, al principio no supo qué decir, pero a no tardar me asestó: Muy caro. Allí todo es muy caro.

Y a raíz de ese cambio de tendencia todo comenzó a ser mejorable en el país helvético. Y lo que más le asombraba era cómo podía vivir la gente con esos precios tan caros, sin percatarse, que siempre existe un balance entre ingresos y gastos. Y así, le manifesté que probablemente la gente ganaba suficiente para hacer frente a esos precios. Pero no le convencí.

Y tampoco continué intentándolo, principalmente porque comprendí que lo que le sucedía a mi amigo es lo que sucede a mucha gente después de haber visitado un lugar durante quince días, que han observado cuatro detalles y ya consideran conocerlo al dedillo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario