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lunes, 1 de marzo de 2010

AL DIA

Siempre he considerado que eso de trabajar en dos o tres sitios a la vez es muy español. Lo que contradice esa fama que no sé quien ni cuando, puso en órbita asegurando que nosotros los españoles somos perezosos.

Ahora bien, otra cosa es que los resultados sean cualitativamente aceptables, porque si ya es difícil hacer una cosa bien, cuánto más no será hacer varias a la vez.

En el caso de los diputados hoy nos enteramos de las aficiones extraparlamentarios de estos personajes. Aficiones bien remuneradas todas ellas se entiende, claro, ya que esta tropa no mueve un dedo así como así. Y resulta que no hay uno que no tenga sus apaños en un sitio u otro.

Digo yo que será porque el salario no les llega hasta final de mes, y necesitan de alguna que otra ayuda. Puede ser también porque en el trabajo oficial no se cansan gran cosa y... pero lo más seguro es que sean las dos cosas, que es lo que se ha dicho siempre de los funcionarios: no pagan mucho, pero no te exigen gran cosa.

Ah, me advierte mi amigo que eso era solo para los funcionarios de bajos sueldos, no para esos otros.

En cualquier caso me pregunto si eso será justo, aunque supongo que al menos no irán contra la ley, puesto que la hacen ellos... O sea, yo me lo guiso y yo me lo como, dice mi amigo.

No obstante, si justo o no justo, está la otra vara de medir que no siempre va a la par con la legal, que es la moral, la que levanta ampollas, la que hace sonrojar a las personas honradas, es decir, por comportamientos por los que nunca irán a la cárcel, es cierto, pero que chirrían a los oídos y humedecen los ojos de los humildes.

Porque también hoy nos hemos enterado del sueldazo que perciben cada mes estos diputados, además de beneficios y primas por distancia, por llegar a su hora, por no dormirse en la sala, por apretar el botón correcto en las votaciones, por puntos, por comas...

Unos sacrificados.

Eso.

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