Buscar este blog

jueves, 4 de marzo de 2010

TALANTE CIVICO

Que somos un pueblo poco cívico creo que está en la conciencia de todos nosotros. Lo sabemos, pero no sé si lo asumimos. Y como creemos que de ese modo vivimos más cómodos, pocos hacemos algo por cambiar. Es el individualismo frente a la colectividad.

Sin embargo, creo que eso es un lastre para la convivencia, porque para que vayan las cosas bien necesitamos constantemente un policía detrás de cada uno de nosotros. Piense usted, si no, en los frenazos que se producen en la carretera cuando al frente se vislumbra un coche patrulla de la G.C.

Y así en otras muchas cosas. Vamos por la vida a nuestro aire, infringiendo constantemente reglas de convivencia, a veces hasta con el sentimiento de culpabilidad sobre nuestra conciencia porque sabemos que actuamos mal, y en vez de privarnos de hacer esa acción que nos hace sentir mal, no obstante decidimos hacerlo, con la esperanza que no nos pillen...

Nos hemos habituado a hacer lo que nos place sin reparar si con ello incordiamos al que va delante, al vecino o al que pasa por nuestro lado. Solamente nos preocupa ser descubiertos, y encima, si nos pillan aún increpamos a quien nos recrimina la mala acción.

Tal vez para muchos sea un consuelo pensar que no hay mala intención en ese proceder o a lo mejor todavía los hay que defienden que eso es tener salero, vaya usted a saber. Cuanquier justificación, no le demos vueltas, no se justifica.

Convivir exige una constante cesión, en lo privado y en lo público, y quien no lo entienda así, tal vez le vendría bien pasar por la escuela de la humildad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario