Ahora que en Madrid hemos sufrido (estamos sufriendo) los despropósitos de los matones, los sufridos usuarios del metro, pacientes ellos al principio, comienzan a reclamar una ley de huelga, aparte de castigos ejemplares para los sinvergüenzas que disfrutan colapsando la gran ciudad.
Pero, rápidamente aparecen los políticos y aseveran que de eso nada, porque legislar en caliente nos llevaría a errores mayores.
Hay que ver qué ingenio el de estos políticos.
Claro que por eso son políticos.
Los españoles, que somos tan exaltados como olvidadizos, y bien que lo saben los que viven de la política, en caliente despotricamos y cuando las aguas vuelven a su cauce, es decir, cuando los medios de comunicación enmudecen y ya no comentan el tema, el asunto queda zanjado y a otra cosa mariposa. Hasta la próxima.
¡Qué cosas tiene la chusma! - dice más de un político - ¿Pues no quieren marcanrnos los tiempos? A nosotros. Faltaría más.
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