Buscar este blog

martes, 20 de julio de 2010

LO QUE IMAGINAMOS

Juan Carlos, un compañero de trabajo que llegó a Madrid no hace todavía un año, está sorprendido por el calor que estamos pasando estos días en la capital de España. Curiosamente, dice que también se sorprendió en el invierno pasado por el frío que hacía.

Suele suceder a todo aquel que cambia su residencia a otro lugar lejos de su región, sea por voluntad propia o por exigencias de cualquier índole. La sorpresa está asegurada, por mucho que el individuo se informe previamente de lo que se va a encontrar en el nuevo lugar y por mucho que pregunte a todo aquel que lo conoce, y también por mucho que lea todo lo que caiga en sus manos referente a lo que en adelante será su nuevo hogar.

Son tantos los aspectos nuevos con los que tropezará el recién llegado que por bien informado que se considere, siempre habrá algunos de esos aspectos que no ha tenido en cuenta, tal vez por considerarlos insignificantes o muy probablemente porque siquiera reparó en ellos.

Y suele ser así porque a menudo tenemos una imagen errónea de la realidad, en cuanto a las ciudades que no conocemos como en cualquier otro orden de la vida. Nos formamos nuestra idea y acabamos por aceptarla como real, y mientras nunca lleguemos a experimentarlo seguiremos convencidos de que lo que imaginamos es la realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario