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domingo, 27 de junio de 2010

UN MUNDO DIVIDIDO

Opino que son ciclos, y ahora estamos en el que todo vale para desprestigiar a la iglesia. Hubo otras épocas que era todo lo contrario, cuando la iglesia, dueña y señora campaba a sus anchas.

Ocurre con todas las organizaciones creadas por el hombre, y también en aquellas, como la iglesia, cuyos principios son encomiables, que se crean con unos fines humanitarios, y con el paso del tiempo la mano del hombre las desvirtua.

Por eso la iglesia no es una excepción. Los que la critican, cargados de razón, tienen a mano un sin fin de ejemplos para hacerlo. Y los que la defienden, con tanta razón como aquellos, otro tanto para defenderla, y como es tan difícil encontrar el equilibrio, unas veces toca abusar del poder y otras ser víctima de la represión.

Los pacíficos, esos hombres que sueñan alcanzar un mundo en paz, de respeto mútuo, sin agresiones y sin rencores, no entienden por qué no somos capaces de vivir en concordia, sin guerras y sin enfrentamientos, y es que se olvidan de que hay otros que, a su vez, tampoco entienden por qué los pacíficos han de ver cumplidos sus deseos.

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