Buscar este blog

domingo, 13 de junio de 2010

ESCASA EDUCACIÓN

Mi abuelo siempre me decía que hablar con la boca llena es de mala educación. También interrumpir a alguien cuando está hablando.
Y me decía muchas más cosas que no se deben hacer o decir, pero como hoy quiero centrarme en esos dos puntos mencionados anteriormente, dejaremos los otros para mejor ocasión.
Eran reglas de otros tiempos. También válidas en la actualidad, por supuesto, pero de tanto infringirlas nos hemos acostumbrado y ya no prestamos atención.
Porque eso de hablar con la boca llena es el pan de cada día. ¡Cómo no ha de ser así, si hasta los negocios se hacen en la mesa! Y aunque no sea una comida de negocios, comer y hablar al mismo tiempo, dado que éste escasea tanto, es habitual. ¡Hay que sacarle rendimiento al tiempo!
En cuanto a interrumpir al orador es otro tanto de lo mismo. Aunque aquí no es cuestión de tiempo, sino de nervios. Nos falta la paciencia y queremos que quede clara nuestra opinión, sin ocuparnos demasiado de la del otro. Tal vez sea que tampoco sabemos escuchar, y por eso vamos a lo nuestro e interrumpimos.
La mejor muestra de ello son precisamente los que deberían dar ejemplo: los periodistas. Los tertulianos de la radio que se interrumpen constantemente y hablan tres o cuatro a la vez.
¡Qué mal ejemplo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario