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domingo, 20 de junio de 2010

JUNIO Y LAS CALABAZAS

Finales de junio, el mes de las calabazas. Otra vez el fin de curso.

Me contaba mi vecino, hombre mayor él, que siendo joven la imagen de este mes era un joven con dos calabazas huecas atadas a la cintura a modo de flotadores y entrando en el mar. De lo que deduzco que eso de los suspensos no es cosa exclusiva de la actualidad.

Y mi vecino se apresuraba a explicarme que efectivamente, los suspensos es cosa de antiguo. De hecho, desde que existen exámenes.

Lo que ocurre es que cada época tiene sus propias tendencias, seguía diciendo mi vecino. El castigo para esos malos estudiantes de entonces, además de fuertes reprimendas de los padres, era pasarse las vacaciones estudiando. Muy al contrario de lo que vemos en la actualidad que, con esa permisividad que reina en la sociedad, tanto el alumno estudioso como el que se duerme, tiene aseguradas las vacaciones.

Con esta explicación, ahora comprendo por qué ya no se representa al estudiante con dos calabazas atadas a la cintura para poder flotar.

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