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miércoles, 28 de abril de 2010

REYEZUELOS

Ustedes me van a tildar de pesado, pero es que los políticos, que no la política, generan tantos motivos de rechazo que uno no puede callar por mucho que lo intente.

Si ustedes se fijan, todos ellos, y si digo todos son todos, se llenan la boca llamándose demócratas, cuando sus hábitos no son más que de dictador. Y además dictador corrompido, valga la redundancia.

Sí, sí, por mucho que lo repitan no llegarán a ser más demócratas, aunque de tanto oírlo, los incautos no tendrán inconveniente en creerlo. Y como de éstos hay tantos.

Critican hoy, casi cuarenta años después, el sistema y los principios del Movimiento, y si uno hace memoria encuentra tanta similitud entre éstos y aquellos que dan ganas de salir corriendo.

¿Que dónde están los parecidos? Mire usted los sindicatos actuales con sus liberados, y recuerde los enlaces sindicales de los sidicatos verticales de entonces. Pregúntese usted qué opinión aportan los diputados ante una votación sino seguir las órdenes del jefe. Pues eso es exactamente igual que antaño, porque eso de listas cerradas, ni es avanzado ni democrático, sino eso es lo que había. Eso era el Movimiento.

Por eso, con sus críticas lo único que muestran es un afán desmesurado por hacer lo mismo, porque en el fondo, eso de ejercer de reyezuelo es lo que añora quien desconoce el sentido de la democracia.

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