Pese a la critica constante que hacemos los europeos de los americanos, curiosamente no hacemos más que seguir sus pasos. Tal vez acomplejados de tener que soportar la presencia de sus tropas repartidas por todo el mundo, también nosotros enviamos nuestras tropas como comparsa de la máquina de guerra que son los EEUU.
Tal vez sean rasgos de envidia, no sea que los otros terminen adueñándose del mundo.
En cualquier caso, lo hacemos de muy mala gana, y sin cesar de criticar. Y, curiosamente, sin dejar de imitarles. ¿Habrá algo que hagan bien los americanos?
Los europeos nos olvidamos con excesiva facilidad de la contribución que los EEUU pagaron para que Europa no terminara siendo sovietizada, o anteriormente dominada por el nacional socialismo, o mucho antes... Contentos estuvimos los europeos cada vez que llegaron en nuestra ayuda, para que ahora no hagamos más que criticarlos. ¿Será eso signos de mezquindad?
Quizás fuera oportuno analizar el grado de islamización al que habríamos llegado en Europa si no fuera porque EEUU lleva muchos años conteniendo los avances del fanatismo. Y podemos seguir criticándolos, pero el día que las tropas de los EEUU, agotadas y sin recursos para seguir ejerciendo como muro de contención regresen a sus cuarteles, que Dios nos pille confesados.
Esperemos que no llegue, pero si llega, vamos a ver en qué se torna la complacencia que hoy mostramos ante esas leyes medievales, cuyas trágicas consecuencias preferimos no escuchar mirando hacia otro lado.
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