Todos los días nos desayunamos con noticias ya sabidas, solamente que cada día llegan con nueva guarnición. Me estoy refiriendo a las noticias de robo de guante blanco y alma negra como el carbón.
Generalmente los protagonistas son políticos, de profesión ladrones.
Y todavía sigo preguntándome si el hecho de ser noticia y que todo el mundo hable de ellos es porque la cuantía de lo robado es muy elevada, qué digo, monstruosa, o porque sus nombres son del dominio público.
Terrible en cualesquiera de los dos casos. Lo triste es que los que viven de la noticia, cuanto más la airean menos riesgo tienen de pasar al paro. Y para ello, a veces, no les importa cargar las tintas. Todo sea por el beneficio de la empresa... y por mi puesto de trabajo, claro. Pero, ¿no será también ese proceder un modo de robar?
Porque en cuanto a sustraer (lo expresan así los ladrones mediocres que quieren creerse que eso no es robar), ¿quién no lo hace? Cada uno en sus medios. El de la oficina que se lleva a casa un bolígrafo como quien no se entera. El del taller que aprovecha un descuido para llevarse una herramienta. Y el...
Cada uno a su nivel quiere asegurarse su pequeño, o no tan pequeño beneficio adicional, y los políticos, que se mueven en tren de gran lujo, éstos cargan con palas.
Cada cual lo que le permite su posición.
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