La preocupación mayor de los españoles son los políticos. Es lo que se dice, pero yo creo que eso de la mayor preocupación irá por barrios. Es decir, para muchos serán los políticos, y para otros será el terrorismo, y para otros muchos será el paro...
Lo dicen las estadísticas, dirán ustedes. Pero, ay, las estadísticas. ¿Qué le importará a ese empleado que hace más de un año que dejó de serlo, que se le ha acabado el pírrico ingreso del paro, que se le acumulan los recibos mensuales de los gastos fijos y no sabe cómo hacerles frente, que ya está pensando en presentarse en alguna de esas asociaciones de caridad para poder comer un plato de caliente... qué le importará, digo, que el terrorismo siga siendo una amenaza?
Claro que para quien todavía conserva el empleo y, al menos a corto plazo no pende sobre su cabeza la amenaza del paro, su mayor preocupación sea escuchar cómo muchos políticos se hacen ricos en poco tiempo, y no solamente los alarmantes casos cuyos nombres aparecen un día sí y otro también en los medios de comunicación, que estos van a saco, sino cualquier alcalde, o su ayudante, o su secretario...
Ay, las estadísticas. Todos conocen la del medio pollo, ¿no? Pues eso.
Y lo peor es que, conociendo el grado de manipulación al que estamos sometidos, ¿quién puede asegurar que lo que nos dicen es como nos lo dicen?
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