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martes, 20 de abril de 2010

ESQUILMADOS

Antes se hablaba, bastante despectivamente por cierto, de los ricos y de los patronos, y también de los clérigos, que eran una rémora para la sociedad, unos parásitos, y no sé cuántas cosas más en ese estilo. Y naturalmente, siempre los describían bien alimentados, rostros sonrosados, abdomen pronunciado, o sea, rollizos, y las más veces fumando puros habanos.

Decir estas cosas hoy, la verdad es que suena a rancio. Pero es cierto, se decían esas cosas y otras mucho peores también.

Los tiempos cambian y los criterios también. Hoy ya no se habla así de los curas, desde luego. Ni tampoco de los patronos, ni de los ricos. Aunque muchos sigan pensando casi lo mismo de ellos.

Lo que no ha cambiado es que todavía continuan existiendo ciertas clases que fuman habanos, que gozan de privilegios cercanos a lo inconfesable y no se ensucian las manos para conseguir ingresos exorbitados. Es decir, una rémora para el resto de los mortales.

Estos que ahora visten de cuello blanco no son otros que los políticos, los sindicatos, y naturalmente, los que a ellos se arriman.

Lo triste es que todavía muchos siguen creyendo que son los otros, los de antaño, los ricos y los patronos los que les esquilman.

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