El hombre, cuando lo desconoce todo, por lo general tiende a creer lo que le cuentan. Es decir, a un niño le dices que cada día la Tierra da la vuelta al Sol, ¿y por qué no lo va a creer si lo está viendo todos los días?
Y si eso es así, podemos imaginar lo que se desprende de ello. O mejor al contrario, que se nos hace difícil saber lo que podemos alcanzar a imaginar. No solamente en cuestiones religiosas, asunto ya de por sí bastante complejo, sino en las cosas terrenales, como es el dominio del hombre por el hombre.
"Mantened al pueblo inculto y lo tendréis facilmente dominado" - se ha dicho siempre. Con otras palabras, claro, pero con el mismo sentido.
Para que no suene tan despreciable, actualmente solemos aceptar el principio "El saber es Poder". Frase que repiten hasta los que no piensan, mientras sus vidas discurren llenas de dificultades, viendo cómo la de otros, mucho más placentera, discurre entre la opulencia y el despilfarro.
Y para que no se alteren los términos, los beneficiados de esta incongruente anomalía sólo tienen que seguir repitiendo que el pueblo vive muy bien.
Porque el pueblo, con escasas luces, lo va a creer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario