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sábado, 20 de febrero de 2010

AL DIA

A los políticos les importa enormemente la fachada. Bueno, como a los que no son polícitos, claro. Lo que ocurre es que a aquellos lo único que les importa es la fachada, y en consecuencia, nada el contenido.

Y eso, quienes mejor lo entienden son los progresistas. Por eso sus personajes se mueven tan bien ante las cámaras. Nadie duda del gancho que tienen posando.

Y está bien, ¿por qué no? Siempre se nos dijo algo así como que la cara es el espejo del alma. O sea, la presencia es importante... aunque con el tiempo la expresión se ha desvirtuado y se ha convertido en "lo más importante".

Lo que realmente se nos decía, y es lo que hoy pocos recuerdan, es que detrás de la apariencia tiene que haber un contenido. Y eso hoy se hecha en falta, en casi todos los círculos de la sociedad, comenzando por el político, porque, ¿le importa a alguien lo que dice nuestro presidente? Tal vez a unos pocos, pero al resto, qué más les da trece que treinta y tres.

Lo que más tira de la gente es "el gancho" que envuelve al personaje. Eso y cuatro frases grandilocuentes para que los forofos tengan munición para disparar. Y nada más. Con eso se ganan votos. Y eso es lo que cuenta.

Pobres los españoles que tenemos que acarrear con una clase dirigente que lo que más le preocupa es el aspecto, el envoltorio, y como no tienen nada más que ofrecer, eso es todo lo que recibimos.

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