Buscar este blog

viernes, 10 de junio de 2011

LA GORRA DE PLATO

Alfredo recordaba aquello que se decía algunos años atrás: “ponle a un tonto una gorra de plato y lo habrás ascendido a general”.

Reconocía que la expresión nunca fue de su agrado, por parecerle un tanto denigrante. Pero lo que escondía la frase era una gran realidad, tan válida hoy como entonces, si no más.

Y Alfredo no tenía más que pensar en las administraciones públicas.

Tras las votaciones unos señores reciben el mandato de administrar un ayuntamiento, una comunidad o la nación, y, ¿qué es lo que estos señores interpretan? Que han recibido una herencia privada, y ciegos de alegría se lanzan a gastar indiscriminadamente los dineros que desde ese mismo momento ya han asumido que les pertenece.

Y con la gorra de plato coronando sus cabezas, manirrotos y sin preparación para nada que se considere serio, no solamente pasan a administrar una fortuna jamás soñada, sino que se disponen a proclamar leyes.

Y como hasta el más tonto no lo es tanto que no sepa que si se pone a tirar piedras sobre su propio tejado le perjudicará, naturalmente no lo hace. Simple proceder de conservación.

En cambio lo que sí hace siempre y en cada una de las decisiones que toma, porque también hasta el más tonto, y más aún con la gorra de plato coronando su cabeza, es barrer para casa. A fin de cuentas solo distribuye sus posesiones.

Con la gorra puesta se dan prisa en engrasar sus riñones, porque es posible que dentro de cuatro años se acaben las rentas. Pero los días y los meses van pasando y los de la gorra de plato se van acostumbrando a no quitársela ni para dormir. ¡Es tan bonito que a uno le quieran! Por donde pasan todo son sonrisas, buenas palabras, reverencias, les ceden el paso, les abren las puertas…

A punto de cumplir cuatro años duele pensar en la posibilidad de tener que quitarse esa gorra que tantos milagros les ha proporcionado en todo ese tiempo. Y como hasta el más tonto sabe que en ninguna parte obtendrá tanto bienestar, porque tan tontos no son como para no entenderlo, se pondrá a remover Roma con Santiago con tal de seguir con la gorra de plato coronando su cabeza.

¡Que nadie venga a quitarles ese juguete que tanto les divierte!

No hay comentarios:

Publicar un comentario