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lunes, 4 de octubre de 2010

EL MONSTRUO

La llegada de las autonomías a España, que engañosamente todos creíamos que simplificaría la vida del ciudadano, se ha convertido en un costo tal que dificilmente vamos a poder salir del atolladero económico en el que estamos metidos. Y no digamos del social.

Tal vez sin pretenderlo, hemos creado un monstruo que, al principio lentamente y en la actualidad a pasos agigantados, nos devora irremisiblemente.

Si usted es un empleado que cobra su nómina mensualmente y va viviendo, lo más seguro es que solamente note que cada mes puede ahorrar un poco menos, con lo cual cuando oiga hablar de que la economía va mal, es posible que diga: "Sí, pero no es para tanto".

Pero si usted, por ejemplo, quiere abrir un negocio, que Dios le pille confesado. Y eso que hay un montón de ventanillas únicas. Es un verdadero laberinto (hay autonomías que son peor que eso) que exige tiempo, paciencia y dinero, mucho dinero... solo para empezar.

Y como con el paso del tiempo todo lo que toca la administración lo empeora, hemos acabado con la sensación de que el administrado trabaja, ante todo, para mantener a la administración.

¿O no es solamente sensación?

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