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domingo, 3 de julio de 2011

LA REALIDAD EN ABSTRACTO

Ante esa expresión tan usada en los corrillos y tertulias de que los que no sirven para otra cosa se adentran en la política, hay pocos que se resistan a reír, y muchos menos que no encuentran la máxima acertada.
Pero acto seguido, curiosamente, de entre los que han reído la gracia y en su fuero interno la han asumido como acertada, salen algunos y nos dicen que no todos son iguales, que hay excepciones, que los hay que luchan por cambiar los aspectos sucios de la sociedad.
Uno no puede menos que preguntarse en qué se basan para mantener esa opinión, porque tozudamente, la realidad nos muestra una y otra vez que cuando cambian los políticos, incluso entonces, no cambia nada.
Y en el caso de aceptar que algunos de esos que se arriman a la política lo hacen con la sana intención de mejorar las cosas, inmediatamente surge la pregunta: ¿por qué no lo hacen?
- Es que no los dejan – responde alguien de esos que siempre están dispuestos a lavar las ropas de los demás.
- ¿Quién no les deja?
- El capital, que lo domina todo y es el verdadero causante de todos los males de la sociedad.
- ¿Qué tiene que ver el capital con una mente ansiosa por hacer el bien?
- Los compromisos que se han visto obligados a tomar previamente.
- O sea, que sin ese odioso capital no habrían alcanzado la cima.
- La habrían alcanzado igual, y sin esa dependencia que tan cara resulta posteriormente.
- Algo complicado de entender. ¿Acaso les ha obligado alguien a arrimarse a los feudos del capital?
- La necesidad. Hasta el más tonto sabe que sin capital no se puede emprender nada.
- También el más tonto sabe que las deudas hay que pagarlas.
- Pero es injusto que traten igual a alguien que quiere mejorar la sociedad que a quien solo piensa en enriquecerse montando un negocio privado.
- O sea, ese que se introduce en la política porque quiere mejorar la vida de los demás, no piensa en mejorar la suya y por eso se acerca a la política.
- Así es, pero las instituciones, dominadas por el capital, son círculos cerrados y no dejan meter las narices a los advenedizos.
- Ese con tan sanas intenciones, ¿no será que también quiere pasar a ser uno más de los que forman las instituciones?
- No. ¿Qué necesidad tendría?
- La del capital.
- Para eso se acerca a la política.
- Y así podrá pagar más cómodamente las deudas.
- Es posible.
- Es seguro.

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