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domingo, 31 de enero de 2010

AL DIA

A mi entender, tenemos una salud económica tan deteriorada que no me extraña que los gurús de las finanzas hayan decidido marcharse a Davos. ¿O han sido los médicos de esa especialidad quienes les han aconsejado irse allí?

Porque, tal vez usted no lo conozca, pero cuando el cáncer de la humanidad se llamaba tuberculosis, o sea, no hace mucho más de cincuenta años, Davos era el hospital que acogía a estos enfermos.

De tal modo que cuando todavía no se conocían las medicinas para tan mortífera enfermedad, allí acudían estos enfermos, y pronto se demostró que el conjunto de una temperatura fría, ambiente seco, altura idónea y promedio elevado de días de sol, era el lugar perfecto para el alivio, cuando no curación de la temible enfermedad.

Más tarde, viendo que los efectos eran muy saludables, proliferaron los sanatorios, y cuando en Suiza alguien contraía la enfermedad, irremisiblemente, su destino era Davos, hasta el punto que decir he estado una temporada en Davos significaba haber padecido la enfermedad.

Confiemos, pues, que la semana próxima, cuando estos gurús regresen de Davos, estén curados y bien curados, y las finanzas también.

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