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jueves, 9 de agosto de 2012

DESPERTAR (Salvador Moret)


Parece mentira. A estas alturas, los españoles continuamos enfrentados, tan enfrentados como siempre, si no más. Rojos y azules; derechas e izquierdas. ¡Pero qué tonterías!
El enemigo no es el de enfrente, sino el de arriba.
¿Se pregunta la gente quién se beneficia de ese constante enfrentamiento? No; seguro que no, porque si se lo preguntara, hace tiempo que habría descubierto ese truco de prestidigitación que nos tiene embaucados a todos.
¿Se habrá preguntado alguna vez ese empleado de fábrica por qué él se da por contento si su hijo es admitido en la misma fábrica, condenado a una salario de pobre de por vida, cuando el hijo del político puede seguir la estela del padre que le permitirá en el futuro puestos bien remunerados, decidir sobre los demás y con posibilidades de incrementar sus ingresos gracias a sus contactos y a sus privilegios?
Es la casta que se ha blindado allá arriba en su feudo. Y mientras, la plebe se enfrenta, discute y se agrede precisamente por ellos, los inviolables, que sin tener en cuenta a los de abajo, siguen viviendo a cuerpo de rey con los saqueos que recaudan de esa misma plebe que se deja la piel por ellos.
Parece increíble, pero es así. Seguimos sacando la cara y defendiendo unos símbolos que no significan nada, y que pocos creen en ellos, y menos que nadie los mismos políticos. Derechas, izquierdas. ¡Pero, qué tonterías!
¿Llagará el día que despierte la plebe de este dulce sueño? No lleva muchas trazas de hacerlo, entre otras cosas porque el empeño de los que sacan la mejor tajada para que no despierte es enorme, y seguirán esforzándose con el mayor ahínco para que no despierte jamás.
Va en ello su supervivencia. Hasta ahora, esas castas privilegiadas de círculos cerrados, han conseguido convertir en clanes familiares a sus feudos políticos, y tanto en el gobierno como en la oposición, todos ellos se permiten disparar alegremente con pólvora del pueblo, que sumiso se limita a ver el espectáculo.
¿O acaso alguien nota alguna diferencia cuando en el gobierno están los azules o están los otros?
Si efectivamente alguien nota diferencias es que pertenece a ese grupo de deudos, allegados o cercanos, y por eso habrá estado vociferando para mantener al pueblo enfrentado, porque mientras la plebe siga recriminándose con aquello de “y tú más”, ellos tendrán la sopa boba asegurada.
Para los demás, para la gran mayoría, cambie el gobierno o se mantenga el mismo, seguirá encontrando las mismas dificultades para llegar a fin de mes y, tristemente, mientras no despierte, seguirá peleándose por los suyos, sean estos rojos o sean azules. Sean de derechas o sean de izquierdas.
¡Qué tonterías!
El enemigo no es el de enfrente, sino el de arriba.

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