Buscar este blog

domingo, 20 de febrero de 2011

LA TRANSICIÓN

La tan célebre y gloriosa transición de los años setenta, orgullo de los españoles que con asombro y alegría fue alabada en el mundo entero, resulta que con el paso de los años está dejando de ser motivo de aquel orgullo inicial.

Y no solamente han aparecido comentarios que ponen en duda su acierto y buen hacer, sino que esos comentarios han subido de tono para posarse en la crítica abierta y hasta en la denostación.

¿Qué ha pasado para que hayamos cambiado de parecer de forma tan radical?

Según algunos, son las consecuencias de un pésimo planteamiento de las normas que se decidieron para la futura convivencia de los españoles.

Otros opinan, sin desmentir lo anterior sino para ampliarlo, que conociendo el proceder de los españoles, aquellos padres de la patria que formalizaron las futuras normas, tenían que haber previsto las consecuencias.

Los más pesimistas dicen que es el destino que tenemos marcado los españoles, cainitas que somos por naturaleza. Y pronostican que la próxima transición será más ponzoñosa, más cáustica, porque incapaces de entendernos con las palabras, siempre terminamos desentendiéndonos con las manos.

Que últimamente lo de las manos viene a decir con las armas.

Triste destino el nuestro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario