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¿Por qué habrás tenido que caer en las redes de esa
arpía?
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Mamá, no exageres. Estoy molesto con algunas cosas
suyas, pero tampoco es para que te pongas así.
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No exagero, sino que según tus comentarios, tu mujer no
hace nada en casa, se levanta tarde todos los días, gasta el dinero con tanta
facilidad que te asustas, y no sé cuántos lamentos más tengo que oír todos los
días.
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Sí, eso es cierto, pero no todo en ella es malo.
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Pues, eso que no es tan malo en ella deben de ser
secretos que guarda muy bien, porque nadie es capaz de descubrirlos.
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Recuerda que eras tú quien me decía que no hay nadie
solamente malo. Y en cuanto a Juani, es cierto que si quiero desayunar tengo
que hacérmelo yo, y cuando estaba en casa, bien lo sabes, cuando me levantaba
ya lo tenía preparado en la mesa. Y eso es un gran cambio. Pero lo peor es por
la noche, que ya estoy harto de comer siempre pizza; a veces, para no repetir
siempre lo mismo frío dos huevos, que dicho sea de paso, no me salen tan bien
como a ti. Pero, en cuanto a lo demás, no es tan grave.
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Pues, no lo veo yo igual, y mi parecer es que has
tenido muy mala suerte con esa pérfida. ¡Tanto empeño en casarse, para esto! Y
tú, un buenazo como eres, bien que supo engatusarte. Pero, ya te lo advertí, ¿te
acuerdas? Esa chica te va a salir rana, ¿no te acuerdas? Si es que yo, con solo
una mirada ya sé de qué pie cojea cada una. ¡Pues, no conozco yo el percal! Y
claro, por las tardes, en vez de estar en casa y hacerle la cena a su marido,
como es su obligación, se va de copas con las amigas, y tal vez también con los
amigos. Eres demasiado bueno, y eso hoy en día es un gran defecto.
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Ves como exageras, mamá. Juani y sus amigas se reúnen
en la cafetería y solamente son tres o cuatro amigas, ningún amigo.
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Eso es lo que te cuenta, claro, y si tú estás contento
no vamos a discutir por eso, pero yo en tu lugar andaría con cuidado, porque no
se puede ser tan confiado como tú eres.
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No soy confiado, lo que pasa es que Juani necesita su
expansión, su espacio para vivir. No se puede retener a una persona todo el día
metida en casa. ¿No lo entiendes, mamá?
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¡Ay, qué buenazo estas hecho! Esa mujer te tiene
mareado y te ha seducido porque no tienes maldad en tu cuerpo.
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No soy muy diferente a muchos de mis amigos, mamá. Así que
no dramatices.
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Eres demasiado amable con tu mujer. Mira tu hermana
cómo sí ha sabido encontrar el camino adecuado en su matrimonio. Ella no le
permite a su marido que le marque pautas; ella exige su libertad de acción, y
bien que le ha dicho que si quiere llevar las camisas planchadas, que aprenda a
planchar. Y si quiere desayunar en casa que se levante un cuarto de hora antes
y se lo haga, y si no quiere comer platos precocinados también puede cocinar
él. Y así una condición tras otra, porque si tu hermana no se pone en su sitio,
a saber de lo que sería capaz esa mosquita muerta que tiene de marido.
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