Buscar este blog

martes, 3 de enero de 2012

UN HOMBRE UN VOTO (Salvador Moret)

Comenzamos año y comenzamos gobierno. El año, climatológicamente, comienza bien: sol y clima apacible. Aunque escaso de agua, lo cual no es tan seguro que sea un buen comienzo.
El gobierno, poniendo remedios a la crisis, comienza bien, pero con recortes tan audaces que es posible que no sea tan bueno.
El tiempo dirá. Por lo tanto, esperemos.
Pero hay unos cuantos puntos dignos de tener en cuenta y que asombrosamente, en los treinta y tantos años que llevamos de democracia, nadie ha osado mencionar.
Para Arturo Estellés, eminente historiador, estos notables defectos que cercenan el verdadero sentido de la democracia, son fruto de una transición ejemplar… solo para salir del paso.
Y sobre estas carencias que sufre nuestra democracia, seguramente usted, paciente lector, ya habrá pensado en más de una. Para el mencionado historiador, el primer defecto es el valor de los votos.
Un hombre, un voto. Punto.
¿Habrá cosa más simple?
Sería hora que el nuevo gobierno se arremangase, pusiera voluntad, y también eso otro que hace falta tener para enfrentarse a los asuntos delicados, y comenzara a poner orden en este desconcierto.
También sería deseable, ya metido en harina, que el gobierno hiciera frente a la desbocada situación de las autonomías. España no es un país tan rico como para permitirse diecisiete gobiernos, cada uno erigiéndose en el reyezuelo de la plaza, haciendo y deshaciendo a su capricho. O sea, gastando a manos llenas.
Otro aspecto que habrá que solucionar el nuevo gobierno – si queremos seguir defendiendo el principio de que en España se disfruta de una democracia – es algo tan sencillo como la independencia judicial.
Hay algunos puntos más, dignos todos ellos de figurar en primera línea, como es la transparencia de las instituciones. Cuentas claras y conciencias tranquilas…
Y más, y muchos más, pero, ¿no se alegraría usted, paciente lector, que al menos uno de estos puntos mencionados, al menos uno, quedara resuelto en este primer año? Quedan tres años más de legislatura. Sólo que cada año quedase resuelto uno de estos puntos, España comenzaría a alzarse en verdadera democracia.
¿Que usted lo duda? No debería. Si el gobierno ha tenido el valor de enfrentarse a toda la población – o casi – con este tijeretazo que nos ha dejado aturdidos, ¿por qué no lo iba a tener para enfrentarse a esas minorías que, acomodadas como están, prefieren que no cambie nada?
Por eso precisamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario