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domingo, 19 de mayo de 2013

ABUSOS por Salvador Moret


-          Hoye, Ovidio, supongo que habrás leído hoy el escándalo de las cajas de ahorros, tú que tanto presumes de estar al día en los acontecimientos sociales.
-          ¿A qué te refieres?
-          ¡No me digas que no lo sabes!
-          Pues, si no te explicas.
-          Sí, hombre. El exceso al que llegaron muchos de los miembros de los consejos de administración de las cajas de ahorro que, por lo que dice hoy la prensa se lo llevaban crudo. Yo, te confieso que a medida que iba leyendo las tripas se me retorcían. Seguramente se me olvidarán algunas cosas, pero te puedo decir que hacían viajes por todo el mundo junto con sus familiares, y visitaban los lugares más exóticos a cargo de la caja que representaban. Naturalmente, los hoteles donde se alojaban eran de cinco estrellas y de gran lujo, y…
-          Pero, Gerardo, siempre te lo he dicho: vas con retraso. Eso ya era vox populi hace más de un año, y más de dos también.
-          ¡Ah, sí! ¿Y también era conocido lo de los sueldos tan exorbitados? ¿Esas cantidades que cobraban mensualmente y que llegaban a cuadruplicar los ingresos de la gran mayoría, no los de salario mínimo, sino los que se consideraban bien remunerados?
-          Sí, claro que era conocido.
-          Entonces, supongo que también serían conocidas todas las ventajas y privilegios adicionales que disfrutaban como tarjetas de crédito sin límite de consumo, ayudas cuantiosas cada mes para gastos sin justificar, préstamos de sumas cuantiosas sin intereses, coche oficial de alta gama cuyo coste ascendía a varios millones, villas de lujo a su disposición y la de sus familiares para su esparcimiento vacacional, yates de lujo para pequeños viajes de recreo… y ya digo, creo que se me olvidan algunas cosas más.
-          Sí, es cierto, no las mencionas todas. Y efectivamente, todo eso ya era conocido hace mucho, pero mucho tiempo. Lo que pasa es que tú vives un poco alejado de la realidad.
-          Sí, debe de ser eso. Pero, yo me pregunto, ¿y todo eso sucedía a pesar de tener representación en los consejos de administración y estar presentes en ellos las diferentes tendencias políticas y sindicales que se supone ejercían un control para que no sucedieran esos desmadres?
-          Sí, así era.
-          Pues, chico, no lo entiendo.
-         No me extraña. Es lo que digo. Tú no vives con nosotros; tú estás en las nubes, porque todavía no te has enterado que al dinero, como dicen los que lo manejan, no hay que darle tanto valor, pero se callan lo que se puede hacer con él. Y eso gusta tanto a unos como a otros, sin distinción de colores.

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